ANTECEDENTES
Hacia
las décadas de los 50’s y 60’s, producto del contexto social cobijado por la
violencia y el desplazamiento forzado, la ciudad de Santiago de Cali se
convertiría en foco de llegada de numerosas familias procedentes de
departamentos como: Cauca, Chocó, Nariño. Los asentamientos de éstas
poblaciones marginales se vieron evidenciados con un importante peso en el
oriente de esta matriz urbana. Para éste período de tiempo la capital
Vallecaucana se constituía de una densidad poblacional en el orden de un poco
más de medio millón de habitantes. Según el diario “el País”, en Santiago de
Cali se hallan datos aproximados de que el 60% de la población Caleña es
afro-descendiente, y cerca del 70% de esa población afro, se encuentra
relacionada con el “distrito de
Aguablanca”, sector ubicado en el oriente de ésta ciudad.
En
este sector urbano, el desempleo no es una realidad ajena, siendo ésta
situación socio-económica una constante que afecta gran parte de la población.
La solvencia económica de estas comunidades se ha visto fuertemente vulnerada
debido a la falta de educación y de oportunidades para las comunidades negras
asentadas en dicha capital. En abundantes hogares, se hallan casos de deserción
estudiantil a temprana edad, sumado a este problema, dificultades intrínsecas
en la familia como: madres cabezas de hogar, embarazos prematuros, discapacidades
físicas, etc. Convirtiéndose este coctel de situaciones en un detonante directo
a estallar en los problemas de violencia familiar y social que aquejan la
actualidad de la ciudad.
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